El origen musical del movimiento maker
El año pasado en el festival South by Southwest, el ex baterista de Nirvana, Dave Grohl, pronunció un discurso sobre sus inicios que debería resonar con cualquier maker:
Por mucho que yo quería estar en una banda, estaba yo allí, solo en mi habitación, día tras día con mis discos y mi guitarra, tocando conmigo mismo por horas. Colocaba almohadas en mi cama de la misma forma en que estaba distribuida una batería y tocaba a la par de las grabaciones hasta que, literalmente, era sudor el que goteaba de los posters de Rush en mis paredes. Con el tiempo descubrí cómo ser una banda de un integrante. Tomé mi vieja grabadora portátil de cinta de mierda, apreté récord y grabé una pista de guitarra. Entonces tomé ese casete, lo coloqué en el estéreo de casa, tome otro casete, lo coloqué en la grabadora de mano, le dí play al estereo, record en la grabadora y toqué la batería junto con el sonido de mi guitarra. ¡Voila! ¡Multi-pista! ¡A los 12 años de edad!
Esta fue la experiencia de toda una generación, la escena indie/punk de principios de los 80´s. Y en esa revolución de la música underground se pueden ver las raíces del Movimiento Maker actual. Lo que Grohl y sus contemporáneos estaban haciendo era democratizar las herramientas de producción de manera que ahora se repite en todo, desde la fabricación de escritorio hasta el crowdfunding.
Esto lo aprendí de primera mano como un adolescente en Washington DC, a principios de los 80´s, cuando éste era uno de los puntos calientes del movimiento punk rock estadounidense. Bandas como Minor Threat y los Teen Idles estaban formados por niños suburbanos y tocando en sótanos de iglesia. A pesar de no saber tocar un instrumento y tener talento limitado, me vi envuelto en la emoción del momento y tocando en algunas de las bandas menores de la escena. Esto no condujo al estrellato de la música, pero sí inculcó un espíritu DIY que marcó ampliamente el resto de mi carrera.
Lo nuevo sobre el fenómeno punk de los 80´s fue que las bandas hicieron algo más que tocar; también comenzaron a publicar. Las fotocopiadoras se estaban haciendo comunes (los centros de copiado Kinko se hicieron nacionales en los años 80), y a partir de ellas comenzó una cultura “zine” de revistas Hágalo Usted Mismo que se distribuyeron en las tiendas, conciertos, y por correo. Grabadoras baratas de cinta de cuatro pistas tales como la TEAC Portastudio (de $1,200 dólares cuando fue introducida en 1981) arribaron al mercado, permitiéndole a las bandas grabar y mezclar su propia música sin un estudio profesional. Y una industria cada vez mayor de pequeñas plantas de impresión de vinilo les permitió hacer pequeños lotes de singles y EPs, que se vendieron a través de pedidos por correo y tiendas locales.
Este fue el inicio de la industria de la música DIY. Las herramientas de las grandes discográficas — grabación, fabricación y comercialización de música — estaban ahora en manos de particulares. Con el tiempo, algunas de estas bandas, encabezadas por Minor Threat y Fugazi, comenzaron su propio sello independiente, Dischord Records, que produjo cientos de álbumes y que todavía está operando en la actualidad. Ellos no tuvieron que comprometer su música para ser publicados y no necesitaron vender grandes cantidades o conseguir sonar en la radio. Ellos pudieron encontrar sus propios fans; de hecho, los fans los encontraron a través de la palabra de boca en boca, y tarjetas postales de a montones en micro-etiquetas para ordenar música que no se podía encontrar en las tiendas. La relativa oscuridad confiere autenticidad y contribuyó a la subida del underground mundial que define la cultura web hoy en día.
Mis bandas hicieron todo esto, desde volantes fotocopiados hasta zines pasando por las cintas de cuatro pistas y los álbumes bajo la etiqueta indie. Nunca llegamos a ser muy grandes, pero ese no era el punto. Todavía teníamos trabajos del día a día, pero estábamos haciendo lo que pensamos que era realmente innovador y consiguiendo gente en nuestros shows.
Mientras que el movimiento punk DIY se apropió los medios de producción, en la era web la gente utilizó la publicación de escritorio, luego sitios web, luego blogs y ahora redes sociales. Los vinilos impresos de manera independiente se convirtieron en videos de YouTube. Los registros de cinta de cuatro pistas se convirtieron en Pro Tools y apps musicales para iPad. Las bandas de garaje se convirtieron en el GarageBand de Apple.
Las bandas de garaje de ayer son las startups de garaje de hardware actuales y Kickstarter es la nueva plataforma de lanzamiento indie. El punk no ha muerto — sólo se cambiaron las guitarras eléctricas por cautines.
Autor: Chris Anderson
Artículo traducido desde Make Magazine.