Audiomáquinas

El clavecín eléctrico

¿Qué es y para qué sirve?

El clavecín eléctrico es un instrumento de teclas semejante al carillón sin ser instrumento de cuerdas. Es uno de los artefactos que usan electricidad más antiguos de los que se tiene noticia, cuyo objetivo es su empleo para el arte musical.  Durante las interpretaciones efectuadas en espacios oscuros, la audiencia se deleitaba no sólo con la música, sino que también se admiraban con el innovador resplandor que se producía por las brillantes chispas eléctricas emanadas del calvecín. Por esto, la experiencia sensorial que brindaba este instrumento llegó a ser al mismo tiempo audible y visual.

Es muy probable que tal fenómeno haya inspirado al jesuita Louis Bertrand Castel para la creación del clavecín ocular, el cual vinculó cada sonido a un color, enriqueciendo de manera revolucionaria a la experiencia visual. A pesar de que el invento tuvo un éxito notable en la prensa y en el público general, lamentablemente no se continuó con su desarrollo. No obstante, sobrevive en la actualidad y es resguardado por la Biblioteca Nacional de Francia, ubicada en Paris.

El nombre “Clavecín eléctrico” deriva de los conceptos siguientes: Clavis (latín) = Llave, Clave; y electrón (griego ἣλεκτρον = ámbar; latín electrum = brillo, destello). El concepto clavis tiene muchas acepciones; las referidas aquí son las del ámbito musical:

  1. Signo que se pone al principio del pentagrama para determinar el nombre de las notas.
  2. Instrumento musical de percusión que consiste en dos palos pequeños que se golpean uno contra otro.
  3. Persona que toca este instrumento.
  4. Código de signos convenidos para la transmisión de mensajes secretos o privados.
  5. Conjunto de reglas y correspondencias que explican este código.

Funcionamiento

Es similar a un órgano. En un hilo de seda atado por sus extremos y que atraviesa de forma horizontal por la parte superior del instrumento están colgadas las campanas de metal, dispuestas por pares con la misma afinación, una con un hilo de seda y la otra con un alambre puesto sobre una varilla metálica. De manera alternada el hilo de seda que pende es atraído y rechazado por cada campana tan pronto como se pulsa una tecla a causa de que en las campanas se cargan de energía positiva y negativa.

Creador y su contexto

Fue inventado en 1759 por Jean-Baptiste Delaborde en París, Francia.

Inspiración

Aquélla época ofreció múltiples antecedentes que fueron aprovechados por el sacerdote jesuita, no necesariamente vinculados a la música. A continuación, algunos ejemplos:

En 1745, un antiguo capacitor fue inventado por el científico alemán Pieter van Musschenbroek.

El uso de cargas eléctricas estáticas con el fin de hacer vibrar campanas de metal era un mecanismo de la época diseñado para crear campanas que emiten una señal de alarma, las cuales fueron empleadas en los laboratorios para alertar de la presencia de una carga eléctrica. Es probable que su inventor fuera Andrew Gordon en 1741 y que haya realizado una demostración a Benjamin Franklin en 1746, en Boston.

En 747, un instrumento de ocho campanas basado en el mismo principio fue desarrollado por Ebenezer Kinnersley, un socio de Benjamin Franklin en Filadelfia. Este artefacto recibió una notable publicidad gracias a que Franklin lo menciona en una publicación sobre sus experimentos con la electricidad atmosférica.

Después de los acontecimientos mencionados y del propio clavecín eléctrico, transcurrieron cerca de 80 años para que se volviera a escuchar un sonido musical proveniente de una máquina eléctrica.

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Filólogo Clásico interesado en colaborar en proyectos artísticos y académicos. Linkedin: Maximiano Jiménez Alpizar.