Durante casi dos años a raíz de la emergencia sanitaria por el COVID-19, se nos ha empujado a dar un nuevo salto hacia la digitalización de nuestras vidas cotidianas, en una época donde hemos realizado nuestras actividades de forma remota y calendarizado cada uno de nuestros encuentros con otras personas, Berlin’s Morphine Records llevó a cabo un programa de colaboración llamado Instruments que representó todo con lo contrario: un encuentro más intímo y acogedor, en un espacio presencial donde artistas y creadores tuvieron la oportunidad de compartir su quehacer en torno a la tecnología musical sin haberse conocido previamente. El evento tuvo lugar el mes de Octubre del 2021 en Morphin Raum, un espacio que funge como estudio y foro para eventos pertenenciente a Morphin Records. El espacio es dirigido por Rabih Beaini organizador, músico y DJ de Byblos y Líbano.

Rabih Beaini tenía una idea única para “Instruments”, un evento abierto sin expectativas de una actuación completa o de un resultado musical determinado, sino más bien una fructífera reunión de músicos de diversos orígenes y enfoques, libres de explorar nuevas posibilidades musicales en conjunto.

Durante diez noches el foro albergó a una selección de experimentados músicos encargados de interpretar instrumentos específicos, provenientes de raíces y orígenes musicales muy alejados entre sí. Estos intérpretes se emparejaron con un grupo de creadores e inventores para debatir, explorar y probar diferentes enfoques en el uso de estos instrumentos.. Los creadores fueron los encargados la fabricación de todas estas ideas y obtener así una nueva versión mucho más experimental del instrumento. 

Cada una de las invenciones tuvo su tiempo de brillar. En cada noche, para abrir la sesión, debía exponerse ante el resto de los asistentes un instrumento distinto, presentado por su constructor o por otra persona asignada. Los artistas también tuvieron que intercambiar instrumentos para probarlos por primera vez y adentrarse a nuevos terrenos con un resultado sonoro incierto. Para complementar la experiencia también hubo sesiones musicales conjuntas y mucho menos experimentales. 

Hoy en día, es común encontrar artistas con prácticas multidisciplinares, donde la línea divisoria entre fabricantes y músicos se ha difuminado. En la construcción de instrumentos se habla mucho de la fisicalidad del instrumento, de la interfaz y del sonido. Sin embargo, hay toda una escena musical que codifica en vivo sonidos tradicionales y los traslada a una computadora, lo que podría insinuar que la interfaz, el medio analógico y acústico es lo que se desea comunicar. Quizá lo que realmente ansían los músicos es estar presentes en mente, cuerpo y alma en sintonía con lo que les rodea. No se trata de discutir qué es mejor, si lo tradicional o lo nuevo, si se prefiere lo digital o lo análogo, sino de explorar el potencial de distintas ideas para combinar complejidad y el factor emocional en un mismo lugar.

Cualquiera que esté familiarizado con la escena de la construcción de instrumentos sabe la dificultad existente en desarrollarlos y ejecutarlos, además del trabajo necesario para dar vida a las ideas instrumentales. Evolucionamos en nuestras prácticas y a la par nuestros instrumentos evolucionan con nosotros. Instruments buscó llevar más allá el proceso de invención, desde su gestación hasta su puesta en práctica, a partir de un encuentro enriquecedor y dinámico y sin un guión preestablecido para la creación musical. 

Los sonidos obtenidos eran en su mayoría sonidos acústicos y electroacústicos, un tanto caótico y fuera de lo común, alejados del gran mercado mainstream que gobierna la industria musical. El gran valor de este evento no sólo es el resultado sonoro, sino la autosuficiencia, la interacción intrapersonal, la capacidad de organización y las propuestas independientes de todos estos artistas. Instruments fue una mezcla perfecta de sonido natural y amplificado, mezclado en directo, y proyectado por altavoces únicos fabricados por Mo Stern. 

Rafaele Andrade recibiendo retroalimentación de Hassan Hujeiri sobre su cello reprogramable.

A continuación te enlistaremos algunos de los artistas participantes en el proyecto: 

Pierre Bastien

Legendario inventor y músico cuyo trabajo abraza el intercambio entre tecnologías y prácticas en la música. Ha trabajado con el diseñador de moda japonés Issey Miyake y para el productor irlandés Aphex Twin. Bastien combina todo tipo de instrumentos a la vez en un artilugio llamado Mecanium: baquetas que hacen sonar un tambor africano, un gamelán característico de Indonesia, un piano de pulgares, una kora,  un violín e incluso un cuarteto de cuerda completo. El mecanismo que utiliza se basa en estos elementos: complejas construcciones con piezas de Meccano que se accionan mediante viejos motores de viejos tocadiscos, además de engranajes y poleas. El artilugio de Bastien es más que la mezcla de instrumentos aparentemente incompatibles, sino que representa una orquesta casera capaz de ejecutar sinfonías elaboradas y conmovedoras, mientras el músico acompaña a sus instrumentos mecanizados con un trombón, un violín y otros instrumentos. 

Rafaele Andrade 

Rafaele Andrade nació en Brazil, tiene reconocimiento por su trabajo en composición y tocando el violonchelo y fue asistente de director de orquesta en la universidad. Construyó un violonchelo electrónico programable con SuperCollider nombrado Knurl. Con 16 cuerdas, el instrumento parece una escultura con cierto aspecto de un cello tradicional. Sostiene los sensores de seguimiento del arco y conjunto de paneles solares.

Mazen Kerbaj

Mazen Kerbaj es un músico experimental libanés, y es está detrás del Festival Irtijal como del sello Maslakh, navegando entre la escena underground de Ámsterdam y Beirut. Se presentó a Instruments con una versión propia que construyó de la legendaria Cracklebox de Michel Waisvisz, un instrumento electrónico orgánico que ayudó a que aparecieran nuevas ideas sobre los instrumentos. 

Limpe Fuchs 

Prolífica artista, consumada constructora de instrumentos así como parte del dueto Anima. 

Fuente: CDM

Artículo original traducido y adaptado a Audiomáquinas